Puede una sencilla masa de harina de trigo, levadura, agua y sal volver locas a millones de personas de todo el mundo? Si, si esta masa es la base fundamental de todas las pizzas, seguramente la receta que más adeptos tiene en el mundo.

Con la introducción del tomate, llegado de las Américas, y una vez la gente perdió el miedo a aquel nuevo producto, considerado tóxico en un primer momento, podremos empezar a hablar propiamente de pizzas. Y llegados a este punto, nos tendremos que remontar al Nápoles del s. XVII, donde se empezó a popularizar una masa con tomate, que sería LA PIZZA. Fue un nuevo producto y una nueva atracción a probar para la gente que visitaba la ciudad. A partir del s. XIX a esta masa se añadiría el queso y se empezaría a comercializar en puestos al aire libre y vendedores ambulantes.

Ya alrededor de la 1ª Guerra Mundial, la pizza pasó de ser un plato regional del entorno de Nápoles a ser uno de los platos nacionales de Italia.

Los movimientos migratorios de millones de italianos acabarían llevando la pizza todo el mundo.

Atlàntida fue uno de los primeros restaurantes del Maresme donde se empezaron a hacer pizzas.